El altruismo humano sería evolutivamente mucho más antiguo de lo pensado.Los chimpances también serían capaces de ayudar a otros sin esperar una retribución.
Así lo descubrieron investigadores del Instituto Max Planck en Uganda. Hasta ahora, la mayoría de los científicos pensaban que el altruismo aparecía sólo después de que la línea evolutiva de hombres y monos se separa, alrededor de seis millones de años atrás. Sin embargo, nuevos estudios muestran que los chimpancés también son capaces de actos altruistas y éstos comportamientos vendrían, aparentemente, "programados" en sus genes.
En el estudio, jóvenes chimpancés, espontánea y repetidamente, ayudaron a humanos que parecían tener problemas en alcanzar algo en la jaula donde ellos estaban.
Esto sugiere que el altruismo puede haber sido un elemento en la vida social "primitiva" de los simios, y que habría sido heredado tanto a los humanos como a los chimpancés.
"Creíamos que nosotros éramos muy diferentes del resto de los animales incluyendo los primates, pero no es así. Al menos algo de altruismo debe haber estado presente en el ancestro común de hombres y chimpancés", dice Felix Warneken, líder del estudio y sicólogo de atropología evolutiva del Instituto Max Planck en Alemania.
Los antropólogos han reconocido desde hace mucho tiempo que el altruismo es un elemento vital en la formación de grupos sociales complejos. Este estudio pone en relieve la pregunta sobre cuándo el deseo desinteresado de ayudar apareció por primera vez en la evolución.
El verdadero altruismo siempre ha sido visto como una característica exclusivamente humana; el hombre capaz de razonar decide deliberadamente ayudar a otros, a sabiendas que puede tener un costo para sí.
Warneken y su colega, Brian Hare, estudiaron a 36 chimpancés en el santuario de primates en la isla Ngamba en Uganda.
A los animales no se les permitió interactuar con humanos que conocieran con anterioridad o que los alimentaran. Las pruebas fueron con desconocidos.
En el primer experimento, los chimpancés veían a una persona tratando infructuosamente de alcanzar una rama, a través de los barrotes, al otro lado de la jaula pero al alcance del simio.
Los chimpancés ayudaron espontáneamente a la persona a alcanzar la rama, independientemente si recibían o no una recompensa posterior. Pero si los chimpancés veían que la persona no hacía esfuerzo alguno por llegar al objetivo, ellos tampoco perdían sus energías en ayuda.
No son los únicos
Un segundo experimento fue diseñado para hacer más difícil la entrega de asistencia; los chimpancés debían escalar unos dos metros para alcanzar la rama. Tampoco había recompensas pero, nuevamente, los animales seguían ayudando.
Una tercera etapa del experimento observó la disposición de los simios a ayudarse unos a otros. Un chimpancé observaba a un compañero tratar de entrar a una pieza cerrada donde había comida.
La única manera de lograrlo era que el animal que observaba ayudara a sacar una cadena de la puerta. En todas las pruebas el observador ayudó.
En todas partes en el mundo animal hay muchos ejemplos de aparente altruismo. Los delfines, por ejemplo, ayudan a animales enfermos o heridos, nadando bajo ellos y empujándolos a la superficie para que puedan respirar y por horas.
Otro ejemplo. Lobos y perros salvajes llevan pedazos de carne a miembros de su jauría que no estuvieron presentes en la caza.
Mucho de estos ejemplos "altruistas" individuales, de animales sociales, ayudan a su grupo o "familia".
En términos de evolución esto es relativamente fácil de explicar porque ayudando a los parientes se asegura la sobrevivencia de los genes que todos comparten.
Pero es mucho más difícil de explicar el altruismo cuando no está relacionado a
En el estudio, jóvenes chimpancés, espontánea y repetidamente, ayudaron a humanos que parecían tener problemas en alcanzar algo en la jaula donde ellos estaban.
Esto sugiere que el altruismo puede haber sido un elemento en la vida social "primitiva" de los simios, y que habría sido heredado tanto a los humanos como a los chimpancés.
"Creíamos que nosotros éramos muy diferentes del resto de los animales incluyendo los primates, pero no es así. Al menos algo de altruismo debe haber estado presente en el ancestro común de hombres y chimpancés", dice Felix Warneken, líder del estudio y sicólogo de atropología evolutiva del Instituto Max Planck en Alemania.
Los antropólogos han reconocido desde hace mucho tiempo que el altruismo es un elemento vital en la formación de grupos sociales complejos. Este estudio pone en relieve la pregunta sobre cuándo el deseo desinteresado de ayudar apareció por primera vez en la evolución.
El verdadero altruismo siempre ha sido visto como una característica exclusivamente humana; el hombre capaz de razonar decide deliberadamente ayudar a otros, a sabiendas que puede tener un costo para sí.
Warneken y su colega, Brian Hare, estudiaron a 36 chimpancés en el santuario de primates en la isla Ngamba en Uganda.
A los animales no se les permitió interactuar con humanos que conocieran con anterioridad o que los alimentaran. Las pruebas fueron con desconocidos.
En el primer experimento, los chimpancés veían a una persona tratando infructuosamente de alcanzar una rama, a través de los barrotes, al otro lado de la jaula pero al alcance del simio.
Los chimpancés ayudaron espontáneamente a la persona a alcanzar la rama, independientemente si recibían o no una recompensa posterior. Pero si los chimpancés veían que la persona no hacía esfuerzo alguno por llegar al objetivo, ellos tampoco perdían sus energías en ayuda.
No son los únicos
Un segundo experimento fue diseñado para hacer más difícil la entrega de asistencia; los chimpancés debían escalar unos dos metros para alcanzar la rama. Tampoco había recompensas pero, nuevamente, los animales seguían ayudando.
Una tercera etapa del experimento observó la disposición de los simios a ayudarse unos a otros. Un chimpancé observaba a un compañero tratar de entrar a una pieza cerrada donde había comida.
La única manera de lograrlo era que el animal que observaba ayudara a sacar una cadena de la puerta. En todas las pruebas el observador ayudó.
En todas partes en el mundo animal hay muchos ejemplos de aparente altruismo. Los delfines, por ejemplo, ayudan a animales enfermos o heridos, nadando bajo ellos y empujándolos a la superficie para que puedan respirar y por horas.
Otro ejemplo. Lobos y perros salvajes llevan pedazos de carne a miembros de su jauría que no estuvieron presentes en la caza.
Mucho de estos ejemplos "altruistas" individuales, de animales sociales, ayudan a su grupo o "familia".
En términos de evolución esto es relativamente fácil de explicar porque ayudando a los parientes se asegura la sobrevivencia de los genes que todos comparten.
Pero es mucho más difícil de explicar el altruismo cuando no está relacionado a
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